El pasado día dos de julio llegamos a tierras guatemaltecas un grupo de personas venidas de Ciudad Real, en concreto, el grupo está formado por Chelo de Alhambra, Pilar de Torre de Juan Abad, María de Villarrubia de los Ojos, Patricia de Ciudad Real, Juan de Manzanares y dos seminaristas, Marcos y Alberto, naturales de Pedro Muñoz y Malagón respectivamente.
La experiencia misionera se desarrolla en la ciudad de Guatemala, en la denominada zona 7, y más en concreto en la parroquia de San Juan de la Cruz, cuyo párroco es el Padre Pedro Jaramillo Rivas, ayudado por el Padre Ezequiel, que es un sacerdote nativo.
En el complejo parroquial, junto con el Padre Pedro, viven un total de 16 jóvenes con edades comprendidas entre 15 y 22 años. Estos jóvenes durante el período escolar están alojados en el centro parroquial, ya que son jóvenes procedentes de diferentes rincones del país, que vienen a realizar sus estudios en la capital, y son alojados gratuitamente.
Nuestra labor en Guatemala consiste en dar clases de apoyo a los jóvenes alojados en el centro parroquial, y a otros venidos de fuera para recibir refuerzo escolar. Las asignaturas en las que se les ayuda son matemáticas, lenguaje e inglés. Estos jóvenes necesitan mucho refuerzo escolar ya que el sistema educativo del país es muy precario, porque los maestros se toman poco interés y a esto hay que añadir que hay también desestructuración familiar lo cual no contribuye a la educación de los niños y jóvenes.
El Padre Pedro, nos dijo al llegar que el lema que nos tenía que mover es “lo que sé te doy”, son palabras inspiradas en las palabras de san Pedro: “No tenemos oro, ni plata, lo que tenemos te damos, en nombre de Jesús Nazareno echa a andar”. En definitiva, esto es lo que mueve a un grupo de jóvenes manchegos a dejar su tierra, a gastar su tiempo de descanso veraniego con los demás.
