En un mensaje a la XIII Plenaria de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.
Tomado de la revista Caminos de Misión
En torno a la crisis económica se ha escrito y se va a
escribir mucho durante todo este tiempo, y no es necesario ser muy listo para
saber que las consecuencias de todo esto van a recaer principalmente en los más
pobres. Está claro que esta crisis está dejando su marca en la realidad de los
empobrecidos, por ejemplo en el SAHEL que si somos capaces de actuar de forma
rápida y eficaz las poblaciones más vulnerables pueden ser protegidas de los
impactos más graves de la crisis que se avecina y a un coste mucho menor que si
esperara más tiempo.
Alguno puede pensar que bastante tenemos con soportar
nuestra propia crisis para encima tener que preocuparnos y ocuparnos de otros
lugares, se da por supuesto que hay que hacer recortes y que estos tienen que
afectar a la cooperación al desarrollo pero no pensamos que el momento actual
lo que necesita son cambios éticos y morales porque como decían los obispos
vascos en su carta pastoral para la Cuaresma y Pascua 2011 “Existe un amplio
consenso al afirmar que esta crisis se ha producido por una combinación de
desenfoques teóricos, errores técnicos y faltas éticas”, por ello tenemos que
ofrecer no solo la palabra recortes o reformas técnicas sino cambios en las
estructuras de pecado que asolan nuestra sociedad. ...Pincha aquí