Diócesis de Ciudad Real
Renovar
una institución, un equipo, siempre lleva pareja la presentación de los nuevos
miembros. Por mi parte, os diré que tengo 54 primaveras y nací en un pueblo de
La Mancha toledana. Mi nombre es Luis Miguel Avilés Patiño. Estudié en el
Seminario de Toledo, Universidad de Salamanca y Jerusalén. En Salamanca me
licencié en Teología bíblica. Fui ordenado diácono y sacerdote por Don Rafael
Torija de la Fuente entonces obispo de la Diócesis de Ciudad Real y he trabajado
pastoralmente en la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción y Santa
María de la Solana, donde fui ordenado sacerdote. Más tarde fui vicario y párroco
de Santo Tomás de Villanueva, de Tomelloso (Ciudad Real). Tras casi catorce
años de trabajo pastoral en este pueblo de grandes pintores y literatos, pero
que más sabe de tesón en la labranza y vinatería, me incorporé a la misión como
asociado en el IEME.
Enviado
al trabajo misionero del grupo de Tailandia, en la región de Isaan y diócesis de
Udon Thani, he trabajado en varias provincias de la diócesis, Leoi, en la
comunidad cristiana de San Rafael de Tobom, comunidades en la ribera del río
Mekong durante casi seis años, en la provincia de Nong Khai y actualmente
Bungkhan como Huey Lep Mue, Pu Sawat, Non
Saa, Non Yang Kham, Huey Sueam, Chayaporn, Ban Klang; de forma pasajera he
trabajado en la provincia de Khon Khen, en comunidades con un origen leproso
como Ban Chat ty Ban Muang. En los dos últimos años ha estado centrado en la
parroquia de la Sagrada Familia de Ponsung, y comunidades filiales a ésta en la
provincia de Udon Thani.
El
servicio que el EFAM (Equipo de Formación y Animación Misionera) lleva a cabo,
es un trabajo humilde de reflexión sobre la actividad misionera “ad gentes” de
la Iglesia, que necesita ser recordado y afirmado de forma continua, especialmente
en tiempos de crisis. Es ciertamente un sacrificio por parte del IEME que ha de
verse privado de agentes evangelizadores en la misión in situ. En estos momentos
el IEME me ha pedido mi disponibilidad para formar parte del equipo y así
contribuir al relevo de Nemesio Frías, de la diócesis de Badajoz y misionero en
Zimbawe. Espero poder desempeñar este trabajo lo mejor posible en estos tres años
que me esperan aquí y con la ayuda y el consejo de mi amigo y compañero de diócesis,
Amadeo Puebla, con quien trabajaré en este curso 2012-2013. Gracias a los que confían
en mí y espero de todos paciencia y oración .