Damián Diaz. Delegado de Misiones
El Señor Jesús,
Testigo de la Verdad, Testigo del Amor Misericordioso del Padre, enviaba con
estas palabras a sus discípulos por todo el mundo para continuar su misión:
Proclamar la Buena Noticia y poner en marcha el Reino de Dios. Con la fuerza y
asistencia del Espíritu.
Los apóstoles, y
millones de discípulos misioneros después, se han sentido interpelados y no han
dudado, a lo largo de los siglos, responder a esta tarea que el Señor nos ha
encomendado: “Como el Padre me ha enviado, así os envío yo” (Jn 20)
Su vida, su entrega
generosa, su amor sin límites, ha sido el testimonio primero que ha impactado
en propios y extraños, y que, apoyado por la palabra que da sentido y color a
ese ejemplo, ha ido constituyendo comunidades cristianas a lo largo y ancho de
nuestro planeta.
Como ahora son los
misioneros: sacerdotes, religiosos y religiosas, seglares que entregan toda su
vida, o jóvenes y mayores que comparten algo de su saber y quehacer unos meses
en apoyo a los misioneros, quienes se reparten por todo el mundo sembrando la
palabra y dando testimonio del amor de Dios y de la solidaridad de los
hermanos.
Y también nosotros
nos sentimos interpelados, especialmente ante esta jornada del DOMUND, a ser
testigos de Jesús en nuestras comunidades cristianas, nuestras familias y
nuestro entorno, y apoyar a quienes han dejado casa, hermanos y padres, para
salir a compartir la Palabra y la Fraternidad hasta los confines de la tierra.