Damián Diaz Ortiz. Director Diocesano de OMP Ciudad Real.
Una de las cosas más bonitas y gratificantes que uno se
encuentra en las Misiones, al menos en África, que es lo que yo he vivido, es
la cordial y permanente colaboración entre los distintos misioneros y sus
parroquias o misiones, independientemente del origen de los misioneros, su
raza, color o idioma. Nada es perfecto, pero apenas se notan las rivalidades,
celos, envidias, que suelen existir en otros contornos, en la sociedad y a
veces en la misma Iglesia.
Sin llegar a la perfección, como decía, sí que se intenta
vivir mucho más la comunión, formar comunidad, poner los distintos dones y
carismas al servicio del bien común, que es el anuncio del Evangelio y la
construcción del Reino de Dios.
Creo que los niños viven esta unidad y preocupación por
los demás de manera espontánea y natural. Allí y aquí. Y si encima están inspirados
por el Amor de Dios que nos une, y el mandato de Jesús que nos envía y nos hace
sentir a todos misioneros, tenemos motivos para no perder la ilusión y vivir
siempre la esperanza.
Un año más, recibís antes los materiales para la Jornada
de la Infancia Misionera. El motivo es que, desde hace cuatro años, esta
Jornada se ha adelantado un domingo, al 15 de enero, para no hacerla coincidir
con el Domingo de la Palabra establecido por el Papa Francisco.