Voluntario en Guatemala.
En Guatemala, la parroquia de D. Pedro tiene más de cien mil
habitantes.
Con las personas de la parroquia he pasado la mayor parte del
tiempo es una zona de muchas familias jóvenes y muchos niños, gente humilde y
sencilla, que comparte todo lo que tiene e incluso el corazón, personas de paz
y amor, alegres y sonrientes, muy religiosos y de mucha fe; las misas muy concurridas, participativas y
alegres incluso las de días laborables, las 4 iglesias se llenaban de gente
joven y niños. San Juan de la Cruz, San
Elías, Santa Edith y Santa Elena.
Afectivamente, no tiene que ver nada esa tierra Guatemalteca con
la nuestra. Las gentes son de corazón más ardiente y sincero
que nosotros.
No existen rencores, ni envidias, ni odios ni habladurías.
Siempre están alegres, felices, contentos incluso los que tienen
poco o no tienen nada.
Son gentes que aman a los que les rodean y se hacen querer, Te abren
todas sus puertas y te acogen como si fueses de la familia; todos se saludan y
te saludan cariñosamente.
Todas las mañanas y muchas tardes las pasé ayudando a las
Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa de Calcuta con los niños y las
personas mayores en la Casa Hogar, en los basureros y en los barrancos. Viendo
como las religiosas tan jovencitas se dejan la piel ayudando, recogiendo y
conviviendo con todas las personas que no tienen nada ni tienen a nadie,
incluso con los niños y jóvenes enfermos terminales de sida.
Muchos de los que asistíamos piensan en comer hoy, mañana Dios
dirá.
La pobreza enseña a amar más a las personas que a los bienes
materiales.
Aquí estamos más solitarios y más concentrados en nuestras
propias cosas, el tener por el tener, aunque no nos haga falta.
En la Parroquia, por la tarde
con los cursos de alfarería, las misas, la convivencia con los que participan
en las misas que hay muchos y los sábados en reuniones y dinámicas con los
grupos de acólitos, monaguillos, catequistas, lectores, músicos, cantores,
comunidades laicales, liturgia, caritas, ministros de la comunión, etc……
Don Pedro es un todo terreno, publicando infinidad de libros,
preparando documentos para la Conferencia Episcopal, dando conferencias en Méjico,
Guatemala……. Cursos de formación para agentes de pastoral diocesanos los
primeros sábados de mes. A esto, asisten
alrededor de cuatrocientas personas, asistí a uno y estuvo de pié explicando y
sin papeles más de cuatro horas seguidas sin parar, también dirige un programa
de televisión todos los lunes, la parroquia, las misas en inglés a las monjitas,
los 87 niños que tiene a comer y a estudiar en la casa parroquial y 28
universitarios a pensión completa que no tienen medios materiales ni
económicos, y mas y mas.
El Padre Ezequiel que además de Sacerdote vale para todo, hace de electricista,
fontanero, mecánico, albañil. Un compañero excepcional y buen amigo con todo el
mundo.
Esta experiencia ha sido maravillosa, me ha venido muy bien,
aunque me vine en todo lo mejor, al empezar el curso, pero aunque des el
corazón entero siempre se recibe más que se da, se aprende a valorar muchas
cosas que no valoramos y se viven realidades que no podríamos soñar.