La
Pascua Misionera
nos propone hoy volver nuestros ojos a Oceanía.
Este continente de las innumerables islas, es la cuna de la religiosa
australiana santa María de la
Cruz que dedicó toda su vida a atender a los más pobres, y
del beato Peter To Rot, de Papúa Nueva Guinea, catequista laico que murió
mártir por su fe cristiana, siguiendo a Jesús. El testimonio de ambos es una
clara «señal de esperanza» para mirar el continente del Pacífico con la certeza
de que la distancia no disminuye nuestra gratitud a Dios por la vitalidad de
sus comunidades cristianas.
La Obra Pontificia de San Pedro Apóstol colabora con los seminarios y noviciados que hay en Oceanía para que «no se pierda ninguna vocación por falta de recursos económicos»