En pleno Año Jubilar con motivo
de la declaración de San Juan de Ávila
como Doctor de la Iglesia ,
no podía faltar una referencia a nuestro Santo Patrón en su dimensión
misionera, y queremos poner a nuestros misioneros diocesanos y a toda la
actividad misionera de nuestra diócesis bajo su amparo e inspiración.
¿Fue Juan de Ávila un misionero
frustrado? ¿O precisamente porque tenía ese espíritu misionero que le impulsaba
a embarcarse para las Indias lo que guió sus afanes apostólicos por tierras de
aquella Andalucía tan necesitada asimismo del Evangelio?
Entendemos que tenemos que imitar
su afán apostólico, tanto para emprender la necesaria tarea de la Nueva Evangelización ,
como para revitalizar el empeño en la misión ad gentes, tarea primordial de la
Iglesia , y paradigma
de toda su acción evangelizadora.
Sin olvidar que nuestros
misioneros, y los salidos de nuestras parroquias con más razón, necesitan de
nuestro apoyo y cooperación, tanto espiritual como económica, para llevar a
cabo sus tareas y proyectos.