Damián Díaz.
Han querido nuestros hermanos del IEME entroncar este año su campaña en la Exhortación Postsinodal del Papa Francisco “Amoris Laetitia”, dando una vez más protagonismo a los segundos destinatarios de la Campaña: Los catequistas de misión, que, como dice el lema, sirven en familia a la misión. Ellos tienen sus familias, a las que involucran en su compromiso evangelizador, cuando se preparan, cuando tienen que desplazarse para atender a la comunidad cristiana en otros poblados o poblaciones, cuando alternan sus responsabilidades familiares con el servicio de la Palabra.
Yo añado que los
Misioneros del IEME nos dan también ejemplo cuando trabajan y misionan como una
familia, donde todos colaboran en la tarea común y en el proyecto compartido.
A la vez que nos
están invitando también a que nuestras familias, aquí, en nuestras parroquias,
sean evangelizadoras y se sientan corresponsables de esa Iglesia en salida que
tiene que llegar a los más alejados de nuestras poblaciones así como a los
últimos rincones del mundo.
Buena ocasión para
sentirnos unidos a nuestros hermanos sacerdotes diocesanos, algunos procedentes
de Ciudad Real, que están haciendo realidad la naturaleza misionera de nuestras
diócesis, sintiéndose enviados y apoyados siempre por nosotros.
Que no les falte
nunca nuestro apoyo moral, espiritual y económico en sus tareas misioneras.