P. Ramón Cazallas. Portugal.
Amigos
y Amigas:
Estamos
en el grande silencio del Sábado Santo.
Pero en
nuestra casa hay mucho barullo, abrazos e bienvenidas.
Caras
nuevas y viejas, jóvenes y adultos que con nosotros esperan la Resurrección de
Jesús.
Son los
“sin techo” de Oporto.
Viven
una cuaresma infinita donde nunca llega la Resurrección.
Me
pregunto si nuestras Cuaresmas litúrgicas nos llevan a la Resurrección,
o la
vivimos sólo a ritmo de Calendario
Pero
esta noche llegará para unos pocos, sesenta.
Ellos
no piden nada, sólo estar juntos unas horas, comer algo mejor
y pedir
un ratito para hablar con el padre. Hace parte de su Resurrección y de la mía!
Qué
espontaneidad cuando no están atados a ninguna estructura y jerarquía.
Qué
libres vivir en la intemperie! Al aire que les da la vida y al sol que calienta
sus carnes
Pero
ellos resucitarán. Y con ellos también yo
resucitaré.
A todos
Amigos e Amigas, os deseo una Feliz Resurrección.
Que
vivamos y caminemos como Resucitados.
Un
abrazo
Ramón