Glafira Jiménez Paris se hizo monja para probar si era lo
suyo y lo es. Se marchó a Lima porque ni se le ocurrió decir que no a su
superiora y es feliz. Así, con toda naturalidad cuenta su vida nuestra
religiosa criptanense, lejos de relatos llenos de dudas, sombras y misticismos.
Y es que Glafira es espontánea, natural y transmite alegría, la alegría de la
fe. Sabe lo que es vivir el día a día y disfrutar de todo lo que nos ofrece
como una oportunidad para seguir
adelante. Esto y mucho más es lo que nuestra hermana ha aprendido en los 12
años que lleva como misionera en el Perú.
Allí, asegura, que la gente sencilla evangeliza todos los días,
con ellos ha aprendido q ver, escuchar y callar, a tener otra mirada. Y es que a
la vida dura y complicada da a las personas una intuición que les acerca a la
Biblia, al Evangelio y a Dios
sin necesidad de grandes conocimientos y
estudios.
Glafira Jiménez es hermana de las Hijas de la Virgen para la
Formación Cristiana y trabaja en el Instituto Bartolomé de las Casas de Lima en
un proyecto que busca recuperar a la persona con toda su dignidad para que se
sienta sí amada por Dios y se comprometa como ciudadana. Después el proceso
lleva a la búsqueda de las causas de sus carencias y problemas para desde el
análisis buscar soluciones en sus comunidades cristianas y civiles. Una tarea
que necesita tiempo. Nuestra religiosa no ha pensado nunca en abandonar aunque
sí ha sentido indignación y desesperanza.
Ante el llamado primer mundo se siente su corazón partido. A
las instituciones eclesiales les pide más testimonio y mejor comunicación y
ante las palabras del papa Francisco ella, como su continente en general, no
siente asombro. Es la opción por los pobres en la que se lleva trabajando allí
desde hace décadas. “Por fin un Papa dice lo que se lleva haciendo allí desde
hace 50 años”. Hablan el mismo lenguaje.
Glafira Jiménez, con un acento ya poco criptanense, nos
enseña en esta entrevista a mirar de otra forma, seamos a no creyentes.
¿Cómo cuándo decides
dedicar tu vida a los demás desde una vida consagrada?. ¿Cómo fue ese proceso?.
Soy religiosa de las Hijas de la Virgen para la Formación Cristiana, conocida
por las hermanas de la Casa de Caridad. Hace muchos años llevaban aquí, en Criptana,
una labor con los transeúntes, repartían números para la asistencia sanitaria. Y
así conocían historias y gente. Llegó la hermana Alicia que tenía un gran
carisma para la gente joven y organizó un buen grupo de catequesis y ahí estuvimos
en el coro, en Cáritas. Íbamos al cerro y estábamos pendientes de la gente con
más necesidades. Yo tenía 14 años e iba al colegio de la Virgen de Criptana,.
En el cambio, tras hacer la selectividad, es cuando dije voy
a probar si esto de la vida religiosa es lo mío. Lo mío no tuvo nada de
misticismo ni romanticismo. Fui probar y fue que sí. Y así probando llevo 25 años. Inicié mi
proceso de formación en Badajoz tres años y luego en Madrid nueve. Desde la
propia congregación me fueron facilitando y proponiendo todo un proceso de
formación. Así empecé con Trabajo Social, luego filosofía para pasar a
Teología y la especialidad de Biblia en la Universidad de Comillas. A la vez
estaba en una pequeña comunidad de hermanas en Canillas trabajando con los
primeros inmigrantes, el colectivo de personas drogadictas y en una guardería
donde atendíamos a los niños para que las madres pudieran trabajar con unas
jornadas muy largas.
A mí en esta etapa de estudios me faltaba la acción, la
puesta en práctica y en marcha de ese Reino de Dios. Una acción que de manera
especial se necesita cuando eres joven. Entonces tuve la suerte de, junto a otros
compañeros y con la ayuda de profesores, crear un buen grupo que dio vida y
organizó Confer Joven (la sección joven de la Confederación de Ordenes Religiosas).
Y de esta manera se fui alimentando nuestra vida y la opción de vida religiosa
y me di cuenta de la importancia de lo que los profesores nos decían: para
anunciar a Dios hay que conocerlo a través del estudio y hay que saber dar
razón y más de en este mundo tan
contradictorio.
¿Cuándo te vas a Lima?
Pues otra oportunidad que me llega sin ningún tipo de
romanticismo y además era lo último que podía pensar. Cuanto terminé mis
estudios empezaba una nueva etapa y el destino fue lima tal y como me lo propuso
la Orden y allí me fui. Una ciudad que
recoge la inmigración de las personas que llegan desde los pueblos y que en 70
años ha pasado de 700.000 habitantes a más de 10 millones, incluso 12. En Perú
hay 30 millones de personas y sus objetivos son de la aldea o pueblo a Lima y
luego a Europa. Es una gran urbe donde todos quieren ir a parar sin orden ni
concierto. Y como en todo el país las diferencias sociales son abismales.
¿Cuál es tu misión
allí?.
Bueno, yo vivo en Lima en una casa con otras hermanas además
de congregación tiene otra pequeña comunidad en el Amazonas. Yo desarrollo mi
labor, a título personal, en el Instituto Bartolomé de las Casas que es una
especia de ONG que trabaja en el ámbito nacional y con una perspectiva de fe y
de opción preferencial por los más pobres. Dentro de la misma estoy en el
departamento de Fe y Sociedad. Además dentro de la comunidad me encargo de la
formación profesional de las jóvenes que quieren ingresar en la congregación.
¿Cómo se puede hablar
de esperanza y de Dios entre tanta desgracia y necesidades?.
No se puede llegar a empezar a hablar de Dios y de la Buena
Nueva sin más. NO puedes decir-Dios te ama- sin conocer las vidas. Eso hoy en día
no tiene sentido. Antes hay que
recuperar a la persona con toda su dignidad, que no sea un simple muñeco con
una actitud conformista. Hay que integrarles, que tomen conciencia de su ser,
que crean en ellos mismo y se hagan protagonistas de su vida tanto desde el
punto de vista religioso como civil y ciudadano. Ellos no son agentes pasivos y
sí activos. No es fácil, sobre todo entre las mujeres y todo lleva tiempo. Pero
solo así podrán sentirse hijos de Dios. Este es el primer paso del proceso que
trabajamos en el Instituto.
Después pasamos a las causas de la situación y la vida de
cada uno. Son las causas estructurales, las de fondo y es aquí donde llega la
Buena Noticia. El dolor no está causado por Dios si no por las propias personas
por lo tanto hay solución y esperanza. Hay que preguntarse por esas causas y
siempre desde la mirada por los últimos. Son situaciones por tanto reversibles
y así entramos en la tercera parte. No hay soluciones mágicas pero sí una confianza
en que las cosas las podemos cambiar bien desde mi Ayuntamiento como concejal,
desde la ayuda asistencial, desde organizaciones nuevas o coordinándose con
otras, emprendiendo proyectos…Puede haber resultados o no. Es cierto que se
crea mucho desánimo entre las personas que dirigen estas iniciativas en los distintos
puntos del país y necesitan cargar pilas y ahí siempre estamos nosotros para apoyarles
y decirles que no están solos pues hay detrás una comunidad cristiana y tienen
a Dios. La esperanza no llueve del cielo, la esperanza se construye.
Por tanto se puede hablar de Dios y se descubre y el Está
pero para ello antes tienen que creer en ellos mismos y quererse para sentirse
hijos de un Padre. Además también deben actuar como ciudadanos y civiles.
¿Qué has aprendido allá?.
Yo llego desde la Universidad y desde un discurso muy
estructurado… y llegas a un país y una cultura que no es la tuya. Lo que he
aprendido es que tenemos dos oídos y una boca por algo, hay que escuchar el
doble y hablar la mitad. He aprendido a escuchar, a mirar y a callarme, cosa
que para nosotros no es fácil pues parece que desde nuestra cultura siempre
tenemos algo que decir, que aportar, sentenciar. Esa es la tentación y además
con un tono un tanto pedante. Lo primero es estar, hasta que entras en la
dinámica familiar y cotidiana.
He aprendido desde mis estudios de Biblia que tú llegas con
todos tus conocimientos, lees el texto y cuando vas a comentar siempre hay una
mujer que ve y siente lo que tú no ves ni sientes en el texto y que lo entiende
e interpreta con toda sencillez. Y además esa mujer no sabe por lo general ni
leer ni escribir y cuenta con una historia personal terrible. A ella no le hace
falta pasar por los siete años de Teología. La capacidad de enganchar con Dios,
con la Buena Noticia, con las posibilidades de vida, con el qué podemos hacer,
con un detalle del texto es increíble. Esa mira, esa conexión del texto con la
vida que ellas han tenido dan esa otra mirada e interpretación que tú no la
hubieras imaginado.
Por tanto el
Evangelio está dirigido a los últimos de los últimos.
Si, ellos siempre van a descubrir en la Biblia lo que
nosotros no vemos ni conocemos. Ellos entienden y Dios les regala a los
sencillos precisamente la intuición más original. En realidad ellos a mi me
evangelizan, me enseñan como leer la Biblia a través de la realidad. Para ello
hay que escuchar y darles la oportunidad de que te enseñen. Después ya viene mi trabajo, aplico mis
estudios para que si ellos tienen la intuición original tú tengas la capacidad
de ofrecer herramientas para convertir eso en algo más armado y que lo puedan
comunicar. Herramientas para alimentar esa intuición.
Los pobres nos evangelizan más allá de la idea que siempre
tenemos de que nosotros vamos a evangelizar. Ellos aportan todo, la
experiencia, la práctica, la vivencia.
Esto explica como un
mismo Evangelio se vive de maneras tan distintas allí y aquí.
Sí es reconocer, sin ser unos mejores que otros, como la
experiencia de vida de cada uno marca. Marca la mirada a uno mismo, a la
realidad, a los demás. He aprendido a cambiar la mirada.
En todo la pregunta por los últimos es fundamental. Como han
sufrido y sufren, ellos tienen la capacidad de mirar siempre a los últimos.
Ellos sí se preguntan dónde duermen los pobres. Las miradas son distintas y las
preocupaciones y no porque aquí seamos peores es que el espcio y la culturan
marcan. No podemos pensar en transformar las realidades de ahí desde nuestros
presupuestos y situaciones de acá, desde un despacho con calefacción. Hay que
preguntar a la gente cómo quiere vivir porque la gente tiene proyectos e
ilusiones otra cosa es que los puedan sacar adelante.
¿Has tenido alguna vez ganas de abandonar?.
No, nunca. Desilusión sí, indignación también pero de abandonar no. Es lo que te decía,
ellos te evangelizan y cuando se cierran las puertas siempre hay alguien que
dice “mire madrecita no se preocupe esto ha pasado más veces y se va a
solucionar de alguna manera, no se disguste usted”. En lugar de dar una
esperanza son ellos quienes en estos momentos me las dan a mi. Tienen una
capacidad muy grande de la fiesta porque a pesar de todo siempre hay un motivo
de fiesta.
¿Qué opinas de este
llamado primer mundo?.
Tengo el corazón
partido porque al fin y al cabo yo coy de este mundo y sé que hay mucha gente
comprometida con las pequeñas y grande cosas. Disculpo porque es bien difícil que
la mayora de una sociedad mire la historia desde los últimos en este estado del
bienestar. No es que la gente sea mala es que realmente es difícil y además
está todo el mecanismo cultural del consumismo, la globalización, la
competitividad. ..
¿Estás mirando a los
miles y miles de refugiados que entran a Europa a escasos kilómetros de
España?.
Creo que desde las instancias más eclesiales quizá deberían ser
más proféticos, dar más testimonio. Es a los que más se les debe exigir. Seguro
que están en ello porque las hay con una gran labor pero no hay una presencia
pública, una voz pública… La Iglesia no se posiciona ante temas que creo que si
hay que posicionarse. Echo en falta en estos días que desde la Confer Nacional
o desde Cáritas, desde la Iglesia en definitiva digamos al gobierno que cuenten
con nosotros para ayudar a acoger y de manera digna y humana. Estoy segura que
se ha hecho pero necesitamos que se diga públicamente, la gente de base
queremos también oírlo. Creo que aquí más de 15.000 sí podrían venir. Ahora
mismo los últimos son estas personas refugiadas que están llegando.
¿Te sorprenden las
palabras del Papa?.
El Papa no está diciendo nada nuevo, dice lo que ya dijo y
redactó en el Conferencia de Aparecida en 2007. Dice que lo que hace 50 años
está diciendo el continente Iberoamericano. Allí la gente no dice, como aquí,
-que cosas más bonitas dice el Papa-Allí decimos-El Papa dice lo que nosotros
estamos haciendo aquí desde hace tanto tiempo-. Por fin desde la jerarquía de
la Iglesia se reconoce que el trabajo que nosotros venimos realizando tiene que
ver con el anuncio del Evangelio, con la práctica de Jesús. Y por supuesto con
la opción del pobre que e4s mirar la historia desde los últimos. Y entre ellos
hay que recordar que la Biblia coloca a las viudas, huérfanos y extranjeros (léase
refugiados).
¿Qué echas de menos
de Criptana?.
Pues tengo que pensarlo. Al margen de mi familia a amigos
nada. Tal vez el no poder vivir la cronología de la vida de las personas que
quiero. Aquí sigo manteniendo mis amigas de toda la vida, del colegio y de la
catequesis.
Nota: la entrevista se realiza poco
antes de difundirse tímidamente en los medios de comunicación los comunicados
de diferentes instituciones eclesiales, entre ellos el de los obispos de CLM.