• JORNADA DE VOCACIONES NATIVAS 2024


    Hágase tu voluntad. Todos discípulos, todos misioneros
  • ENCUENTRO DE JÓVENES 2024


    ¡Apúntate!
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES


    Mira todo lo que hicimos en 2022
  • MEDITACIÓN DIARIA


    ¡Reza con nosotros por las misiones!
  • SUPERGESTO


    La revista para jóvenes, ahora en formato 100% digital

02/10/2015

"ROSTRO DE LA MISERICORDIA DEL PADRE."

Damian Diaz.
A las puertas del Año Santo de la misericordia, convocado por el Papa Francisco, la Jornada del DOMUND 2015 nos invita a mirar a los misioneros, que, siguiendo los pasos y obedeciendo el mandato de Jesús, Misionero del Padre, son hoy “rostro de la misericordia del Padre”. No son los únicos, evidentemente, pero sí son significativos para la Iglesia y para nuestro mundo.
Si “la credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo” (Misericordiae Vultus nº 10), ellos son quienes en nombre de la Iglesia, enviados por Ella, andan por el mundo curando las heridas de los hermanos que viven las situaciones más dolorosas en las más marginales periferias existenciales. Quienes superan la indiferencia, la anestesia de ánimo, el egoísmo interesado, para mirar con cariño y ternura las miserias más sangrantes de nuestro mundo, quienes escuchan el grito de auxilio de tantos hermanos y hermanas privados de dignidad. Y se acercan a estrechar sus manos, para llevarles el calor de nuestra presencia, nuestra amistad y fraternidad. Y, sobre todo, para anunciar el mensaje de liberación, la Buena Nueva, el Año de Gracia del Señor que ha venido a manifestarnos y hacer presente el Amor Misericordioso del Padre por todos los hombres, especialmente los más pequeños, humildes, sencillos, empobrecidos.
No son los únicos, decía al principio. Pero ellos son testimonio y ejemplo para nosotros, para toda la Iglesia, necesitada de verificar su mensaje con la fuerza de sus obras.

Y, al mismo tiempo, necesitan de nosotros, de nuestra oración, nuestro sacrificio y nuestro apoyo económico, para poder continuar sembrando el mundo con las obras de misericordia, para que el mundo contemple en la Iglesia a Cristo, rostro misericordioso del Padre.