Damián Diaz. Delegado Diocesano de Misiones.
El año pasado
comenzamos, con la Jornada de Infancia Misionera 2015, el itinerario de cuatro
años, en el que vamos a proponer a los niños vivir en clave misionera las
tareas o dimensiones de la iniciación cristiana que los niños están viviendo en
su parroquia.
La primera tarea era
el conocimiento de la persona y mensaje de Jesús, y desde la Infancia Misionera
invitábamos a los niños a vivir la igual dignidad de todos los hombres, la
universalidad de la salvación, y la fraternidad que nos hace hijos de un mismo
Padre Dios, y hermanos en Jesucristo, con el lema: “Yo soy uno de ellos”.
Este año damos un
paso más: El encuentro con Jesús, en la oración y en la celebración de los
Sacramentos, nos lleva al reconocimiento del Amor de Dios, y desde ahí a
reconocer que todo lo que somos y tenemos nos viene de Dios, también la
posibilidad de encontrarnos con otros niños. Por eso, se ha elegido como lema
para este año la palabra “Gracias”.
Gratitud que está
siempre presente en el Decálogo del Niño Misionero. Que ahora les invita a
salir de sí mismos y descubrir la realidad de otros niños como don y regalo. Y
que les impulsará a reconocer que si lo que tenemos lo hemos recibido, tenemos
la obligación también de compartirlo con aquellos que no tienen lo más
fundamental y necesario: Comenzando por la fe, y siguiendo por los medios para
una vida digna.
De esta manera, la
Infancia Misionera va ayudando a padres y educadores para que los niños crezcan
en solidaridad, amor y fraternidad universal. Y ellos, los niños, se convierten
en apoyo inestimable para los misioneros.
Nosotros, en nuestra
Diócesis, estamos viendo en los Encuentros
Diocesanos de Infancia Misionera, cómo los niños se ilusionan con esta
propuesta, sobrepasando en la última edición, en Alcázar de San Juan, los dos
mil ciento cincuenta participantes entre niños, catequistas y padres.
Celebremos, pues, con
ellos la Jornada de la Infancia misionera. Sin olvidar que esta educación es
tarea de todo el año, y para ello esta Obra Pontificia nos ofrece unos
materiales como las revistas Gesto y
Supergesto, que les mantiene vivo el
interés por las misiones y los niños del mundo. Invitadles a suscribirse, y
luego trabajarlas en casa, en catequesis o en el cole. Y para quienes quisieran por avanzar más, no
dudéis en solicitarnos algunos otros instrumentos, que os podemos proporcionar
desde la Delegación de Misiones, para intentar crear grupos estables de
Infancia Misionera en nuestras parroquias.