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19/01/2016

"LOS CIUDARREALEÑOS SOMOS AGRADECIDOS Y MUY SOLIDARIOS".

Eduardo Muñoz Martínez, para el diario Lanza. Entrevista P. Tomás García Martín-Moreno. Misionero Mercedario en República Dominicana. 

 
Celebra este domingo la Iglesia Católica, y ya desde hace casi doscientos años, el Día de la Infancia Misionera, y lo hace en esta ocasión con un lema tan sencillo como amplio y comprometedor: "Gracias". Nosotros, como ya es habitual, queremos dar las gracias a nuestros misioneros y lo hacemos hoy acercándonos hasta el padre mercedario, de Fuente el Fresno, Tomás García Martín-Moreno, que nace en el año de 1979. En 2013 fue ordenado sacerdote en República Dominicana donde trabaja como misionero, -en tareas pastorales, sociales y de formación-, desde el año 2007. A él le comenzamos a preguntar. 

Pregunta.- Desde que respondió a la Llamada, ¿Cuál ha sido su experiencia misionera?
Respuesta.-
 La de vivir y celebrar la fe con gratitud y compromiso. Desaprendiendo y aprendiendo continuamente a vivir el presente con el corazón abierto y apasionado, y con los pies en movimiento hacia los más pequeños y vulnerables. Me siento lleno de gratitud por tantas bendiciones recibidas, por tantos guiños de Dios a través de los pequeños gestos que cada día Dios, la vida, los niños, las familias, la comunidad,... me regalan. A no retener para sí la propia vida. A buscar al hermano para compartir la esperanza y la alegría que nos regala Jesús. Me siento enormemente agradecido y bendecido. Todo es gracia. Toda esta experiencia hace que mi vida sea compartida, dada y entregada. 

P.- "Gracias". ¿Cómo se puede traducir, a su juicio, el lema de esta jornada de la Infancia Misionera?
R.-
 Creo que es la mejor expresión de amor que puede definir al ser humano y mucho más al cristiano, que ya desde pequeños nos enseñan a vivir, a reconocer y a compartir nuestra fe con un corazón alegre y siempre agradecido a Dios por tantas cosas buenas con las que nuestra vida es bendecida. Reconocer en nosotros la gratitud nos lleva a mirar la vida con otros ojos, con los del corazón, y a compartir lo que somos y tenemos con los que menos suerte han tenido en la vida. Nos invita a ser y a vivir para los demás.

P.- ¿Cuál es la realidad de los niños con los que trabaja?
R.-
 Son niños alegres pero con situaciones vitales difíciles, dramáticas y de mucha precariedad. No tienen lo más básico, y de ahí nuestra lucha de cada día para garantizarles eso, lo más básico: educación, salud, alimentación y recreación. Acompañándoles a ellos, a sus familias y comunidad. Según los últimos resultados de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples Enhogar-MICS 2014, publicado en República Dominicana por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el trece por ciento de los menores de diecisiete años de edad realiza algún tipo de trabajo agrícola, doméstico u otros. Trabajan para llevar un poco de pan a las familias.

P.- Porque todos recibimos, todos debemos dar gracias. ¿Cómo se traduce esta realidad en el día a día de un misionero?
R.-
 Se traduce en una fe viva, compartida, agradecida y comprometida. Siendo a su vez canal de oportunidades para la comunidad desde el más chiquito al más grande, en salud, educación, alimentación y recreación y en una vivienda y vida digna y justa.

P.- Parafraseando al Obispo de Segovia, sólo es generoso y agradecido quien sabe desprenderse de sí mismo. ¿Somos agradecidos los ciudadrealeños?
R.-
 Los ciudarrealeños somos agradecidos y muy solidarios. Y esa solidaridad transforma vidas, comunidades, países,... Me siento agradecido de haber nacido en esta tierra de soñadores, de quijotes, de utopías. 

P.- ¿Qué le diría hoy, como despedida, a los niños de nuestra diócesis?
R.-
 Gracias por su sonrisa y solidaridad, no dejen de soñar y de sembrar amor... Hay otro mundo que necesita de ustedes. Se les quiere de gratis (expresión muy dominicana). Ustedes son la mejor expresión de la alegría, del amor y de la esperanza gratuita de Dios para el mundo. Ese otro mundo que sueña Dios: de fraternidad y justicia para todos. Bendición.