José Luis Muñoz Ramirez. Misionero. Hermanos del Evangelio.
Casi ni tuvimos tiempo de despedirnos, pues me fui para
Bruselas, me hice la última revisión después de la operación y me vine a
Brasil, a Salvador de Bahía. Y aquí estoy ya hace un mes.
Mi intención es estar 5 meses, (eran 6, pero uno se lo llevó
el dichoso postoperatorio) en plan sabático, que para mí es tiempo de apertura
a Dios. Y te cuento que a nadie le parecería que he elegido un buen sitio para
ello, por lo ruidoso del lugar. Pero, no, descubro que en el ruido también está
Dios.
Estoy en una iglesia abandonada con gente de la calle, que
intentan desengancharse del alcohol o de la droga. Es un proyecto serio de la
diócesis de Salvador, pero que se lleva a cabo en esta iglesia, que la
empezaron ocupando unos cuantos "sin techo" y se hizo cargo un equipo
del acompañamiento y propuestas a esta gente. Entre ellos hay un hermano de mi
congregación, pero hay también otro sacerdote, un religioso, dos laicas
consagradas y una religiosa. Hay además mucha gente cooperante.
Te digo lo del ruido, porque está cerca del puerto, hay dos calles importantes
muy inmediatas con mucho tráfico y luego los brasileños son ruidosos, ponen lo
altavoces de los coches a todo volumen etc.
Pero uno se acostumbra, es como con los acúfenos, que uno
acaba "viviendo con" sin más problema.
Pero hay algo más importante: Creo que los pobres, son un
lugar privilegiado desde el que Dios se nos comunica. Son un lugar de encuentro
con Dios. Hasta ahora siempre hemos buscado el silencio, la soledad, los monasterios...
(y habrá que seguir recurriendo a ellos), pero yo tuve la intuición de que es
en esta masa donde Dios ha puesto la levadura del Reino y por eso me vine. En
realidad siempre ha sido así mi vida, creo que ha habido siempre un mismo hilo
conductor.
Yo no hago nada con ellos, fuera de convivir todos los días,
rezar, comer juntos, dormir en el suelo como ellos, sobre cartones que es su
costumbre, en el piso de la iglesia. Y me he incorporado a trabajar en un
pequeño huerto que tienen y me gusta, pues es todo orgánico y con mucho respeto
por la tierra, el trato del agua etc. Esto las mañanas, porque las tardes, sí
que las dedico a la oración, la lectura y la reflexión, en una arboleda que
tienen al lado, que ellos llaman "el bosque" y hay un cobertizo muy
bien hecho, todo de madera y ramas, muy sencillo, pero acogedor, que me permite
estar aislado.
Pues eso es lo que hago. Estoy empezando a entablar amistad
con algunos de ellos. Ya he celebrado la misa alguna vez en portugués y les
extraña que un sacerdote, que llega de fuera, viva con ellos y como ellos.
Creo que el tercer mundo nos tiene que evangelizar. Los
jueves tienen una eucaristía por las tardes, ya noche, abierta a otros
transeúntes y gente sin domicilio y vienen muchos. Luego se comparte una sopa,
que preparamos durante el día, con legumbres que recogemos un mercado cercano,
las saneamos y sale algo muy rico. También hacemos mermeladas, para el
desayuno, con frutas que nos dan, porque están picadas. Y velas, con cera que
traen de las iglesias. La idea es que lo desechable, como ellos, gente de
desecho, puede dar luz y tener sabores ocultos y valores reales, desconocidos.
A partir de ahí, es desde donde pueden ponerse de pie. De
hecho, ya hay algunos que lo van consiguiendo, se han formado familias y hay
gente en forma, que a lo mejor no van a tener una plaza en la sociedad, pero ni
falta que hace (ni en la "Iglesia" - y lo pongo entre comillas,
porque es la Iglesia, ésta otra, la que les ha devuelto el rostro.
Pues, ya ves, en éstas estoy.
En enero me voy unos días a Argentina, porque tengo solo
visa de 90 días y tengo que salir del país antes de que cumpla, repara no
incurrir en la ilegalidad. Luego vuelvo hasta las vísperas de la Semana Santa.
Y después retorno a Cochabamba, donde me esperan, para celebrar precisamente la
Semana Santa.
A ver qué dan las elecciones! Lo que sí se está logrando es un mayor
espectro político y tendrán que pactar, saliendo de la lógica de la apisonadora
de los partidos que gobiernan por mayoría.
No sé si estás siguiendo la cumbre de París sobre el cambio
climático. Yo estoy un poco al margen. A ver si dan pasos y no defraudan al
mundo, sobre todo a los pobres.
Un abrazo.
José Luis