Damián Díaz. Delegado de Misiones
El cuarto domingo de Pascua celebramos
el domingo del Buen Pastor, Jesús, que continúa guardando y guiando sus ovejas
por medio de los pastores que ahora llama, elige, consagra y envía. Jesús
Resucitado Vive, quiere que vivamos su vida, y nos envía a llevar esa Vida por
todo el mundo.
Es una Jornada de oración, para pedir por nuestros pastores, y para
pedir al dueño de la mies que mande trabajadores a su mies, que suscite entre
nosotros las vocaciones al Sacerdocio y a la Vida Consagrada que necesita su
grey, la Iglesia.
Y desde hace unos años, por voluntad de nuestra Conferencia Episcopal
Española, es una Jornada en que aportamos nuestra solidaridad con los
seminarios y noviciados de los territorios de Misión, donde se forman los
futuros pastores de las jóvenes Iglesias, el Clero Nativo (76.759 seminaristas -uno de cada tres seminaristas del mundo- y 8.094
novicios y novicias en su primer año canónico).
Ellos son el futuro de la Iglesia. No sólo de sus diócesis y de los
territorios de Misión, sino de la Iglesia Universal, porque aquellas son
precisamente la Iglesia Viva, y ellos, los jóvenes inquietos que están más
abiertos a la Llamada, y disponibles para el seguimiento y el servicio a sus
hermanos. De hecho, cerca de 85.000
chicos y chicas pudieron responder a la llamada, gracias a los 18.946.586€ que la
Pontificia Obra de San Pedro Apóstol envió en 2019.
Así pues, aun en esta situación de confinamiento, os invitamos a hacer
un esfuerzo, a pesar de la situación económica que también ha empeorado en
nuestro entorno, para que no les falte a aquellos seminarios y noviciados de
Misión, donde la situación es todavía más precaria, nuestra ayuda, para que no
se pierda ni una sola de aquellas vocaciones que han respondido generosamente a
la llamada de Jesús Vivo, Jesús Resucitado.
No habrá colectas en las iglesias cerradas, ni
podremos enviar carteles, trípticos, estampas y otros materiales, pero podemos
hacer nuestro donativo en las cuentas de Obras Misionales Pontificias en el
momento que deseemos.
Recibe un cordial saludo en el Señor.
Damián Díaz
Delegado Diocesano de Misiones