En la tarde del sábado recuperamos uno de nuestros momentos valiosos a lo largo del año. Momentos de
formación, reflexión, oración. Ciertamente adaptado al tiempo que vivimos. Hemos echado en falta
la presencia, los abrazos, la cercanía; pero en cambio, hemos disfrutado poder ver a personas muy queridas que están lejos,
en misión. Estamos pues, en estos tiempos extraños que nos quita y nos da al
mismo tiempo.
El motivo de esta reunión ha sido la formación de la Encíclica
Fratelli Tutti del Papa Francisco. Ha sido preparada e impartida por Mª
Carmen Gómez Trujillo, misionera de Ocasha en Ecuador. Ella, ya ha tenido que impartir
esta formación en los grupos a los que acompaña y forma. Hemos podido disfrutar
de Javi Chamero, que ha regresado de El Salvador con cambio de destino para
Angola. De Eloísa, en Honduras. De un gran número de integrantes de los Grupos
de Animación Misionera. Hemos echado en falta también a quien no ha podido reunirse
y también de forma especial hemos tenido muy presente a Mª Sol.
Mª Carmen, de una forma sencilla
y efectiva nos ha ido introduciendo en esta Encíclica
que tanto habla de la fraternidad y la amistad social, y que pone de manifiesto
como todos tenemos que aprender de
todos. Como el Papa Francisco propone el dialogo como el primer paso para
acercarnos, conocernos, tratar de comprendernos y buscar puntos de contacto. Nos
recuerda en esta Encíclica que los procesos de paz es un trabajo paciente que
busca la verdad y la justicia, que honra la memoria de las víctimas y se abre
paso a paso a una esperanza común. El Papa asegura que las distintas
religiones, a partir de la valoración de cada persona humana como criatura
llamada a ser hijo-a de Dios, ofrecen un aporte valioso para la construcción de
la fraternidad y para la defensa de la justicia social. Que la Iglesia católica
valora la acción de Dios en las demás religiones, y no rechaza nada de lo que
en estas religiones hay de santo y verdadero.