Entrevista a los padres de Tomás García Martín-Moreno. Mercedario en Rep Dominicana.
Por Magdaleno Jerez. Gam Villarrubia.
Tomás García
Escribano y Concha Martin Moreno naturales de Fuente el Fresno y Villarrubia
de los Ojos, son los padres de Tomas. Recientemente ordenado sacerdote en
Santo Domingo R. D. en la Parroquia
Nuestra Señora de Guadalupe.
Nunca se
hubieran imaginado los padres de Tomas que volarían tan alto y tan lejos ya que para estar presentes en la ordenación como sacerdote mercedario y misionero
de su hijo tuvieron que viajar en
avión a la Republica Dominicana,
donde Tomas lleva ejerciendo como misionero unos años.
Concha y
Tomás son personas sencillas trabajadoras
y con una gran fe, que se han
pasado la vida trabajando para que sus
hijos sean felices. Cuentan con gran emoción cómo para estar con su hijo Tomas
en su ordenación, tuvieron que montar en
avión, que no lo habían hecho nunca.
Hablando de
su hijo, me decían que Tomás ya desde niño
se le notaba una vocación especial por lo religioso y así se lo hizo ver su catequista María Eugenia. Con doce años estuvo un tiempo en el
seminario de C Real, pero un amigo mercedario,
Alejandro, se lo llevo a estudiar a
Valladolid donde se fue formando como religioso mercedario.
A la
pregunta - ¿qué supone para unos padres
que un hijo se haga sacerdote y
misionero?, la respuesta es contundente: “queremos su felicidad y él se le ve feliz, lógicamente se sufre la ausencia del hijo, aunque
sabemos que está en manos de Dios. Hemos tenido mucha suerte pues
Dios nos ha dado unos hijos muy buenos
de los que nos sentimos muy
orgullosos, pues su hermano de Tomas es
también gran persona”.
¿Cómo os ha
parecido la Ordenación de Tomas?- “Muy
emocionante y como es lo que él ha elegido, le gusta y le vemos feliz, pues nosotros nos sentimos dichosos. En la
ordenación estuvieron muchos sacerdotes
y una gente muy cariñosa y muy buena. No nos imaginábamos nosotros unas
personas así, que se preocupen tanto de
ti. Aquí en España vamos cada uno a nuestras cosas”.
“Estuvimos
viendo también las tareas y el trabajo
que están haciendo los misioneros en
Santo Domingo con los niños
limpiabotas y en realidad, con
todas las personas, Tendrían que
aprender nuestros políticos, pues aquí en vez de ayudar a los pobres se
llevan el dinero”.
“Nos hemos
sentido muy felices los once días que hemos estado en Santo
Domingo”. Concha comentaba que no le
hubiera importado quedarse allí más tiempo
“pero viven mis padres con casi
noventa años y tenemos que cuidar de ellos”, esto me lo comentaba
mientras preparaba la cena: unos
churros con café y leche para Concepción
y Primitiva, los abuelos te Tomas.