"Vivir de amor es
disipar el miedo, aventar el recuerdo de pasadas caídas. De aquellos mis
pecados no veo ya la huella, junto al fuego divino se han quemado."

Con ocasión del
Centenario de su muerte, el Papa Juan Pablo II la declaró Doctora de la Iglesia
por la solidez de su sabiduría espiritual, inspirada en el Evangelio, por la
originalidad de sus intuiciones teológicas, en las cuales resplandece su
eminente doctrina, y por la acogida en todo el mundo de su mensaje espiritual,
difundido a través de la traducción de sus obras en una cincuentena de lenguas
diversas. La ceremonia del nombramiento tuvo lugar el 19 de octubre de 1.997,
precisamente en el domingo en el que se celebra la Jornada Mundial de las
Misiones