28/12/2016

DIOS ES UN "SINTECHO"

Ramón Cazallas. Misionero de la Consolata.
Querida Familia e amigos:
Os extrañará el título de esta felicitación. Acabamos de celebrar la Navidad con cien personas que son “sintecho”. Desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche ha estado en nuestra casa. Ayudados por un buen grupo de voluntarios que los han entretenido, con cantos, juegos, rifas y otras cosas y otros entretenimientos.
Para muchos de ellos han tenido tres comidas en un día y han estado con techo. Ha sido una verdadera Navidad. Hemos hecho todo lo posible  para que se sintieran en casa y lo hemos conseguido. Se veía en las lágrimas que brotaban cuando se despedían.
Entre ellos hay mucha fraternidad y amistad. Me recuerdan a nuestro Padre Abrahán que contaba estrellas todas las noches. Para ellos el cielo es su techo mientras esperan un trabajo, una habitación, un médico, una asistente social, etc.
Todos los viernes y domingos, por la noche, salimos por las calles del centro de Oporto para llevar cena y algo caliente. Yo no di todavía ni un café. Me dedico a hablar con ellos, interesarme por sus vidas. Necesitan amistad, cercanía, que alguien los escuche. Os aseguro que sus vidas son muy  complicadas en sus orígenes y, al mismo tiempo, sencillas en el presente. Nunca escuché en mi vida ciertas situaciones y la alegría de ser escuchados por un cura. Poco a poco se van abriendo cuando palpan el cariño con que son tratados. Una noche, cuando terminábamos de repartir, uno de ellos paró a todos y gritó: “Gente, quien ha dicho que Dios no existe, está aquí en estas personas, está presente y nos cuida como Padre amoroso”.
Creo que en estas personas está la misión “ad gentes”, son las periferias existenciales de las que habla el Papa Francisco. Y están en el centro de la ciudad donde siempre pueden pescar algo.
La seguridad es máxima por parte de ellos e indirectamente, por la policía que hace, de vez en cuando, rondas buscando a algunos o algunas.
         Dos veces por semana es Navidad para los “sintecho”:
          Para Julia que come algo caliente.
         Para Alberto que estrena zapatillas.
Para María y Antonio que han encontrado un techo en una casa en ruinas.
Para Isabel que ha contado al cura su vida callejera y quiere salir sí o sí.
Para Vera que ha dejado dos hijos en Madrid.

         Cruces y Luces para estas personas que dejan de contar  estrellas cuando encuentran una salida. La encontrarán? No depende sólo de ellos. Depende en buena parte de los grandes de este mundo, del salvaje capital y de los que fueron elegidos para servir al pueblo y luego resulta que se sirven del pueblo.

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS
           Y QUE EL NIÑO DIOS NOS COLME DE TERNURA.
         Un abrazo de hermano y fraterno para todos.
                                      Ramón