El día 10 de
septiembre hace seis meses que estoy en República Dominicana. Mi nombre es Juan
Antonio, soy miembro de OCASHA-Cristianos con el Sur y misionero de la diócesis
de Ciudad Real, nací en Manzanares. Quizá ya conozcáis algo de mis andanzas,
pero hoy quiero centrarme en contar, después de este espacio de tiempo, lo que
verdaderamente he descubierto que voy a hacer en estos tres años de misión en
Jimaní. El proyecto que me trajo al sur de Dominicana es un Centro Social de
los Jesuitas que trabaja con migrantes en esta zona. No es un proyecto nuevo,
este centro lleva laborando muchos años y con resultados muy satisfactorios en
el ámbito de la defensa de los Derechos Humanos y en la Promoción y Protección
del Medio Ambiente. Las líneas de trabajo están claramente definidas y las
metas trazadas. Lo que se nos ha pedido es que establezcamos un equipo
autóctono que dé continuidad al proyecto. Anteriormente se ha trabajado con
personas muy valiosas, pero casi siempre eran personas de fuera, ya de otros
países como de otras partes del país. Bien, ahora se ha apostado porque yo sea
el único que forastero en un equipo netamente de Jimaní, y que mantengamos el nivel y la eficiencia en el
trabajo. Éste es el reto y lo hemos asumido. De momento somos tres trabajando y
dos apoyando en calidad de aprendizaje. Tenemos en el Centro una abogada,
Rosaidy, que atiende todo lo que es el trabajo de asesoramiento legal a
personas migrantes y a grupos de migrantes de Jimaní y las localidades aledañas
(Boca de Cachón, Tierra Nueva, El Limón y Bartolomé), además organiza talleres
de temas sociales (Derechos Humanos, Interculturalidad, Mediación de
Conflictos, Autoestima,…), de herramientas organizativas y de incidencia. Todo
enfocado a conseguir que los migrantes se integren en la sociedad dominicana y
sean un aporte para el desarrollo de las poblaciones fronterizas. También
contamos con un psicólogo en ciernes y bilingüe (castellano-creyol), Yasmani,
que atiende todo el trabajo de formación con jóvenes y con la población dominicana
de ascendencia haitiana, en la misma línea de defensa de los Derechos Humanos,
la Participación Social y la Promoción y Protección del Medio Ambiente, pero
con la peculiaridad de que sean la población más joven la que se empodere de
los procesos de cambio en la sociedad dominicana. Ahora vengo yo como
coordinador y administrador del Centro. Mi trabajo principal es mantener el
equipo unido y dentro de los objetivos que marcan nuestra misión. Las últimas
adquisiciones han sido dos jóvenes mujeres bilingües, Jivena y Camila, la
primera está estudiando matemáticas y la segunda enfermería. Jivena nos van a
apoyar en la administración y Camila en la formación de los grupos de
migrantes. Es un bonito trabajo, pero lo que tenemos que comprender cada uno de
los que conformamos el equipo es que somos hoy parte de este equipo, pero que
ello no quiere decir que tengamos que perpetuarnos en él, y que siempre tenemos
que hacer nuestro trabajo con eficiencia, pero sin ser imprescindibles y
dejando siempre nuestro lugar cubierto y funcionando.