Extraído del Boletín Informativo de las Misioneras Combonianas Más Lejos.
En este mes de
octubre de 2018 se celebrará en Roma el Sínodo para los jóvenes con un tema de
fondo muy definido “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional” Y pensado en
los jóvenes y ente momento tan particular para ellos y para la Iglesia en
general, el Papa Francisco nos dirige el mensaje del Domund para este año.
El Papa sitúa a los jóvenes como protagonistas en el anuncio
misionero “junto a los jóvenes, llevemos el
Evangelio a todos”. El cambio de visión es muy particular porque los jóvenes
en la Iglesia nunca parecen haber tenido un lugar demasiado relevante. El Papa
nos invita a evangelizar todos juntos, jóvenes, niños adultos…El sínodo de los
jóvenes se presenta como un momento carismático para todas las comunidades eclesiales.
Son varios los puntos que podemos señalar en este mensaje
del Domund de este año.
“Yo soy una misión en
esta tierra, y para eso estoy en este mundo “(EG.Nª273). Este es un tema
que el Papa suele repetir una y otra vez. No se trata de “tener una misión”,
sino que tener conciencia de que “soy una misión”. Cada uno de nosotros especial
por esa iniciativa particular de Dios cuando nos pensó y nos llamó a la
existencia. Esa especial llamada nos hace vivir la vida
agradecidamente y con
una serena alegría.
“No tengáis miedo de
Cristo y de su Iglesia”, son palabras textuales que el Papa nos dirige en
su mensaje. Cristo es el tesoro capaz de llenar de sentido la vida de cada
persona. Sólo por él muchas personas han sido capaces de darse generosamente,
sin límites, con un amor difícil de comprender para quien no cree. Es una
invitación a vivir la vida, el momento presente teniendo en cuenta lo que
Cristo haría si estuviese en mi lugar.
Esta fe en Dios, en su Iglesia y el amor al prójimo son
capaces de generar comunión entre las diferentes generaciones. Y esta comunión
genera a su vez una nueva corriente de fe que nos hace salir de nosotros mismos
para vivir la vida con alegría, con plenitud en el encuentro con los demás. El
testimonio y el anuncio nacen del encuentro con el otro. Esa es la misión a la
que todos estamos llamados: anunciar y testimoniar a Cristo en las periferias
de la humanidad, en los ámbitos en lo que la fe ya no es relevante.
Para los jóvenes, las nuevas periferias pasan hoy día por
las redes sociales. Se puede y se debe evangelizar en la red, pero el Papa no
recuerda que aunque podamos y debamos hacerlo así y aunque tengamos muchos
seguidores en la red, lo importante es la comunicación con las personas, las
relaciones interpersonales que se generan en el anuncio del evangelio. El don
de sí mismo como respuesta a la vocación para la cual Dios ha llamado a cada uno.
El Papa nos lo recuerda con estas palabras “Para
un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a
la propia vocación”.
El mensaje termina agradeciendo todas aquellas manifestaciones
que en la Iglesia nos ayudan a dar lo mejor de nosotros mismos. Una de ellas es
el voluntariado como expresión de don de sí a los demás. Todos podemos aportar
algo de lo que somos y tenemos a la evangelización “Nadie es tan pobre que no pueda dar lo que tiene, y antes incluso de lo
que es”. Este octubre misionero vivido bajo el signo del Sínodo de los
jóvenes es una oportunidad para crecer como discípulos misioneros, “más apasionados por Jesús y su misión, hasta
los confines de la tierra”