José Mª Cruz. Voluntario en República Dominicana.
Imagino que estáis en el campamento y lo estéis pasando bien. Aquí
estamos bien, llevamos ya 13 días estamos aclimatados aunque todavía hay muchas
cosas que nos llaman la atención. La vida aquí no es fácil, como ya imaginábamos
fuera de los resort de turismo, la gente pasa muchas dificultades para llevar
una vida normal. La luz y el agua se cortan todos los días unas 6 horas y las
casas están aprovisionadas de baterías y cisternas para abastecerse,
ellos se lo toman con calma, Qué remedio imaginar lo que pasaría si nos
hicieran eso en España ...
La vida aquí transcurre diferente, el ritmo va en otra onda y
sobre todo el carácter de la gente siempre alegre y sonriente creo que les hace
seguir adelante en el día a día. Ahora tendrán cambio de presidente, el Sr.
Danilo pero las ilusiones y esperanzas son las mismas que con otros
presidentes, promesas que se esfuman entre palmeras caribeñas ...
Aunque pensareis !Que bien se está en el Caribe!, todavía no
hemos ido a la playa, aquí el trabajo para nosotros es diario e intentamos
aprovechar el tiempo que tenemos en la fundación, aunque sí nos han prometido
que iremos un par de días a ver las playas.
Respecto al trabajo que desempeñamos, fundamentalmente es un
campamento que se ha desarrollado en la Fundación con todos los niños que acuden
habitualmente. Son niños limpiabotas que fueron sacados de la calle en su día y
se les hace un seguimiento tanto escolar como familiar, aconsejando a sus
familias en lo mejor para el niño. Nosotros cada día hacemos actividades de
todo tipo, talleres, dinámicas, refuerzo escolar, compartimos comidas y
desayunos
... en esto estamos de acuerdo los tres voluntarios, que no ha sido
fácil empezar con ellos porque son niños con falta de afecto, multitud de
problemas familiares y que en su gran mayoría están a la defensiva, han vivido
más en la calle que en su casa y han aprendido a buscarse las artimañas para
obtener su objetivo. Pero bueno, en el fondo son niños y estamos intentando que
aprendan de nosotros y nosotros de ellos y según pasan los días les tomas
cariño y estoy seguro que será difícil decirles adiós el último día. La mayoría
de los niños son de origen haitiano y lamentablemente viven en un poblado a la
afueras de Sto. Domingo llamado Bienvenido, que ya hemos visitado y la verdad
que se te cae el alma al suelo.
Nosotros estamos viviendo en una casa de un voluntario de la
fundación, su madre nos ha adoptado
como al hijo pródigo y es una mujer entrañable, hemos probado cuantas frutas
existen en este país, desde piña, chinola, tamarindo, guayaba, aguacate, mango
... etc. Desde la casa se escucha todos los días la bachata, salsa y merengue
de los colmados cercanos, así llaman a las tiendas de barrios. El tiempo aquí
es bastante cambiante, hay días que el calor y la humedad se hacen
insoportables, y por las tardes casi siempre llueve a mares, se lía una
tormenta que parece que se acaba el mundo ... una de esas llevaba yo a la Mancha ...
Bueno espero que les alegren nuestras noticias a todos en el
campamento y seguimos con el trabajo que gracias a Dios, estamos muy contentos
de haber llegado a esta tierra tan acogedora y maravillosa.