• JORNADA DE VOCACIONES NATIVAS 2024


    Hágase tu voluntad. Todos discípulos, todos misioneros
  • ENCUENTRO DE JÓVENES 2024


    ¡Apúntate!
  • MEMORIA DE ACTIVIDADES


    Mira todo lo que hicimos en 2022
  • MEDITACIÓN DIARIA


    ¡Reza con nosotros por las misiones!
  • SUPERGESTO


    La revista para jóvenes, ahora en formato 100% digital

25/10/2012

LA INCULTURACION EN LA VIDA MISIONERA

Pablo Muñoz Sánchez Herrera
Misionero en Filipinas.
¡Feliz Día Mundial de las Misiones!. Es una alegría felicitaros este día otra vez desde Filipinas. Como sabéis, después de 8 años de apostolado en Cebú y un año de formador del Postulantado ahora estoy estudiando Licenciatura en Teología Bíblica que si Dios quiere acabaré el próximo Abril 2013. Quiero compartir también mi alegría con vosotros de haber cumplido el pasado 22 de Septiembre, 10 años de votos perpetuos y 17 años de vida misionera.
En este testimonio me gustaría hablaros de la importancia de la inculturación en la vida misionera. Para los  que no os resulte familiar esta palabra, inculturación significa la capacidad de adaptación y asimilación de la cultura en la que uno vive. Eso significa que tienes que dejar de lado muchos aspectos y actitudes de tu vida que  son culturales y que si no dejan de lado serían un obstáculo en tu relación con gente de otras culturas. Sin duda alguna este es uno de los puntos más importantes para cualquier misionero: hablar la lengua que ellos hablan, comer la comida que comen, vivir en las mismas condiciones que ellos viven y llegar  a relacionarte con la gente como si de uno de ellos se tratara.

Cuando llegue a Cebú en el año 2002 no sabía ni hablar inglés y mucho menos el filipino. Así que mi primera obligación fue la de empezar a estudiar inglés que aunque no es el idioma oficial de Filipinas es semi-oficial y todos los filipinos lo entienden y lo hablan a distintos niveles. Cuando ya me manejaba con el inglés me interesé en aprender el cebuano, que es la lengua que se habla en Cebú y la mayoría de las islas de alrededor. Aunque el idioma nacional es el filipino, en Cebú no lo hablan así que  serviría de poco aprender  el idioma nacional estando en Cebú. Sin duda este fue el  primer milagro que Dios hizo conmigo  aquí en Filipinas porque todos mis amigos en España saben muy bien que si hay una asignatura que no me entraba en el Instituto esa era el inglés…. ¡¡¡cuanto más otras lenguas más difíciles como el cebuano!!! Fue en la facilidad que encontré en aprender idiomas cuando me empecé a dar cuenta que lo que no consigue  la  fuerza de voluntad por pasar una asignatura lo puede conseguir fácilmente el amor por una gente y una cultura. Hace dos años me asignaron en Manila y aquí tuve que aprender el tagalo porque aquí no se habla cebuano. Después de haber aprendido cebuano, el tagalo me resultó más fácil. No es todo romántico porque el aprender nuevos idiomas lleva consigo también una especie de alejamiento de tus  raíces para hacerte más universal: esa es la cruz que el Señor nos pide a los misioneros, “deja tu tierra, tu gente y la casa de tu  padre y ve a la tierra que yo te mostraré” como le dijo Dios a Abraham.
Otro aspecto de la inculturación fue el de la comida. Como sabéis aquí en Filipinas, como en casi toda Asia, no se acompaña la comida con pan sino con arroz blanco. Arroz blanco quiere decir, sin sal y sin nada, arroz blanco puro y duro. Como comprenderéis esa fue una de las cosas que me llevó tiempo de adaptación. En cada comida mi estómago me preguntaba que dónde estaba el pan J y como me costaba comerme el arroz así, sin nada, pues le solía poner soya para darle sabor. La soya es muy salada, así que la consecuencia de poner soya en el arroz en el desayuno, comida y cena cada día fue que después de 7 meses de llegar a Filipinas ¡¡¡tuve una piedra en el riñón!!! En fin, como os podéis imaginar dejé de poner soya y empecé a comer el arroz como ellos  lo toman. Como veis la inculturación en un proceso largo, que a veces es duro y  a veces es fácil, pero siempre fascinante.
Os podría contar muchísimas más experiencias referentes a mi proceso de inculturación pero creo que lo importante en entender que la inculturación es un proceso de amor, de interiorizar que  lo que  cada cultura tiene en tan bueno como la mía y es una riqueza adquirirlo más que una perdida de identidad. A veces tenemos miedo a adaptarnos a otras culturas porque nos da miedo perder nuestra identidad, nuestro ser yo, pero me he dado cuento que nuestro ser nosotros solo se encuentra de verdad en nuestro se Católico. Católico significa universal, kata olikoj, de acuerdo con el total, o referente a todo u orientado hacia el todo. Sólo se puede ser Católico cuando uno abre las puertas del corazón a otras culturas y personas.
Celebremos el Día Mundial de las Misiones con un corazón universal, Católico, que no tiene miedo a perderse porque sólo si nos perdemos nos encontraremos a nosotros mismos de verdad. Jesús lo prometió y os puedo asegurar que es verdad.
¡¡Un abrazo muy fuerte desde Filipinas!!