Misionera Comboniana en Isiro
(República Democrática del Congo).
El Día Internacional de la Mujer se celebra de innumerables formas en todo
el planeta. Para nosotras en Isiro (República Democrática del Congo) ha tenido
un significado especial porque ha sido un momento de encuentro y reflexión para
las mujeres de la parroquia. Lo hemos preparado y vivido así.
El pasado mes de
diciembre empecé a visitar los pueblos
para la formación de las mujeres, y ya entonces utilicé estas reuniones para sensibilizar y fomentar su participación.
Cualquier tipo de reunión era buena para hablar sobre el tema: en las
comunidades de base (C.E.B.V.), la radio de Boboto... todos los sitios!
Hemos llevado a cabo tres reuniones preparatorias con las mujeres
responsables de los grupos de la parroquia, para organizarse, para saber quién podía
hacer esto o aquello otro… En estas reuniones, también ha participado el responsable
del grupo de “protocolo” parroquial, todos hombres, pues fueron ellos los que
se ofrecieron voluntarios para cocinar
esos días. Hemos tenido también unos encuentros con Sor Alice, religiosa
congoleña, con la señora Victorine, que es la responsable de las mujeres de la
parroquia… Todas han venido para unificar ideas, para compartir, preparar…
Se escogieron dos temas: " La dote" y " La viuda
y su problemática." Nos parecieron más adaptados a nuestra
realidad. Pero no hemos olvidado de tratar
el tema propuesto por la ONU para este año "La
igualdad para la mujer es el progreso de todos los pueblos." Y para
esto preparamos un programa en la radio
Boboto que iba a emitirse el 6 de marzo
por la tarde. Desafortunadamente la radio Boboto tuvo una grave avería, pero lejos de desalentarnos
tuvimos la idea de hacer la emisión en
directo, en el gran salón donde se
celebraban las reuniones, delante de
todas las mujeres. ¡Fue un éxito!
Con Janvier Donda, un maestro, nos pusimos a trabajar para
hacer dos paneles que representarían los dos temas principales escogidos,
porque pensamos que las imágenes valían más que las palabras.
Finalmente llegó el día 5 de marzo. Desde la mañana
estábamos todos como pequeñas hormiguitas, cada uno en su trabajo, para acoger
a las mujeres que venían de los poblados. Algunas habían viajado 30 kilómetros a pie
para llegar a Isiro.
En total éramos 170
mujeres venidas de diferentes sectores de la parroquia y de la ciudad de Isiro.
Los hombres que prepararon la comida eran doce. Un gran grupo y mucho trabajo para todo el mundo!
Al día siguiente iniciamos la formación con las
conferencias, los trabajos de grupo, las puestas en común.
Las mujeresy han estado muy activas. El
clima que prevaleció fue el de la fiesta y la alegría por estar juntos,
y sobre todo por estar a gusto y descubrir cosas nuevas. estaban realmente interesadas
Trabajamos durante los días 6, 7 y 8. Hubo momentos intensos
de reflexión, de compartir. Sin duda, uno de los momentos más significativos fue el dedicado a las experiencias de vida. Mujeres que querían
compartir con las demás mujeres lo que sintieron cuando se quedaron viudas y fueron
sacadas de sus casas y devueltas a sus parientes por la familia del marido
fallecido, como es la tradición. Hubo momentos muy emotivos y de una profunda
humanidad.
A las ocho de la
mañana tuvimos una gran Misa para todas las mujeres No nos hemos olvidado de tantas mujeres que, al
este del país, siguen sufriendo las consecuencias de la guerra y toda clase de
violencia. Por ellas, para no olvidarlas, no hubo desfile ni procesión, tal
como les encanta a las mujeres. Queríamos así solidarizarnos con tantas mujeres
en el mundo que viven situaciones de violencia.
Las jornadas de reflexión han terminado con una toma de
conciencia y con resoluciones concernientes a la realidad de la vida de las mujeres. Se
comprometieron a sacarlas adelante en su lugar de residencia.
Después de la comida, las mujeres, llenas de entusiasmo, iniciaron
el regreso a sus pueblos, a sus hogares.
Han sido días inolvidables y a pesar del trabajo y la fatiga,
ha sido grande la alegría, al ver lo que hemos hecho juntas. Estamos convencidas
de que todo lo que hemos sembrado un día fructificará.
Isiro, 10 de marzo 2014.
María del Prado Fernández Martín
Misionera Comboniana en Isiro
(República Democrática del Congo)