Hna. Maria Jose Carrero Viñas. Misionera Comboniana en Muisne.
Hoy fue un día con mucha Alegría… Lo comenzamos saliendo desde el
Relleno, en el otro lado de la isla de Muisne... El señor Joaquín, con su
camioneta puesta a disposición para la ocasión, Flavio, Narcisa y mi persona
salíamos hacia la “Boca del Rio Sucio”, así se llama el recinto donde habíamos
planificado realizar la visita a las familias, puerta a puerta. A unos
dos kilómetros nos esperaban otras cinco personas de “Mantabal”, comunidad
cercana, que se unían a nosotros. Llegamos a la comunidad a las nueve y
esperando a otros 8 hermanos que se acercaban de “Sal si puedes” para
participar también en esta misión. Dimos inicio todos juntos en círculo con una
oración de envió a nuestra misión. Sintiendo que éramos enviados por Jesús, y
pidiendo que el Espíritu Santo pusiera en nuestras bocas las palabras
necesarias para cada hogar,
nos dividimos en grupos de dos o tres y
llegamos a las casas pidiendo con respeto un encuentro en torno a la Palabra de
Dios, en torno a la vida. Las familias en su mayoría nos fueron acogiendo,
abriendo sus puertas, desahogando sus dificultades y agradeciendo de corazón el
mensaje de paz, de cercanía y de amor que les transmitíamos de parte de
Dios Padre. Al acabar cada visita les invitábamos a acercarse a la capilla para
tener un momento final de compartir, de oración. Así llegado el momento nos
reunimos todos los que habían sido invitados y se habían acercado, junto a
nosotros los que veníamos de más lejos. En aquel momento nos sentimos unidos a
Dios, entonando cantos de alabanza, de fiesta, celebrando la Liturgia de
la Palabra. La gente quedo contenta y expresó su deseo de que los acompañáramos
más de frecuente.
Al término, uno de los catequistas de la comunidad nos pidió
de ir a visitar a un enfermo que estaba lleno de heridas. Nos acercamos al
lugar, era una familia humilde y al verlo: un hombre joven, postrado en
una hamaca con llagas de tipo tropical... inmediatamente sugerí, “Nos lo
llevamos a Muisne, si lo permite la familia”. Ellos estuvieron de acuerdo y,
así lo trajimos y lo llevamos al centro de salud donde lo referenciaron a
Esmeraldas, capital de la provincia. Les apoyamos cada uno según sus
posibilidades para su viaje y estancia en la capital de provincia. Sentimos la
presencia, la energía suave de Dios con nosotros, con el enfermo que se fue más
tranquilo.
Este fue nuestro día del Domando en Muisne… El día que celebramos
el Amor Universal e incondicional de Dios por cada uno de sus hijos.
Un fuerte abrazo desde la misión