Señor, me piden que escriba sobre los motivos para darte
gracias...¡Qué difícil y qué sencillo ! Tengo tantas y tantas cosas que
agradecerte...¿por dónde empezar?
Aparte de la vida, la salud...siento que lo más importante
en mi vida es la VOCACION, la llamada no entendida con los oídos sino sentida
muy dentro, como una decisión irrevocable no mía sino tuya.
Esta llamada, esta convicción profunda, esta seguridad que
he sentido desde siempre de querer seguirte, de amarte más que a nada ni a
nadie, de verte y servirte en los más pobres, en los más necesitados de entre
los que me rodean...esto que sentía cuando era niña y que sigo sintiendo ahora
ya en la "tercera edad" y que llamamos vocación, esto es mi alegría y
mi felicidad; lo que me llena de paz y me hace cada día darte las GRACIAS desde
lo más profundo de mi corazón.
Y todo lo demás es simplemente una consecuencia: a mi
pequeña respuesta le sigue tu Respuesta, tu Cariño, tu Gracia, tu Ayuda.
Si, Jesús, gracias por este Cariño y esta Ayuda que siento
en las pequeñas dificultades de cada día, gracias por todo lo que me has dado y
me das. por cada una de las comunidades y los trabajos que he tenido, por las
personas que me han ayudado y por las que ayudo. Gracias también por los
momentos difíciles y penosos que me han ayudado a madurar y en los que te he
sentido tan cercano.
En realidad en mi vida no hay sino un GRACIAS muy grande a
ti y a María por quererme, porque os quiero...
Y un GRACIAS muy especial porque soy misionera en un país
pobre donde me siento entre los míos.
Los niños del hospital y otros muchos a los que ayudamos no saben escribir en
español, pero al preguntarles por qué ellos dan gracias a Dios esto es algo de
lo que me han respondido:
"Yo doy gracias a Dios porque antes no podía andar y
ahora ya ando con muletas y pronto me iré a mi casa"
(Yinti, 10 años, le han cortado una pierna)
"Gracias a mi padrino porque si no yo no podría ir a la
escuela y ser un hombre sabio" (Hamidou, 12 años)
"Yo estoy contenta porque ya tengo unos aparatos nuevos
que me ayudan a caminar derecha y ya no me duele la espalda" (Ponague, 7
años)
"Gracias a Dios y a María porque aqui en el hospital me
cuidan muy bien y me estoy curando" (Kouagou, 12 años)
"Gracias por los zapatos que me has dado"(Baké, 5
años)
"Le doy gracias a Dios porque mi mamá pronto se va a
curar y podremos ir a casa"(Karim, 9 años, cuida a su madre, operada de cáncer)