05/06/2019

NACIDOS DE LA MISIÓN, PARA LA MISIÓN.


Carta Don Gerardo Melgar a los misioneros y misioneras con motivo del Día del Misionero Diocesano. 

Pocas frases pueden definir mejor la identidad del misionero, de la misionera, que esta: “Nacidos de la misión para la misión.”
         Nacidos de la misión porque el misionero nace de la misión de la Iglesia que cumpliendo aquel envío de Cristo “Id por el mundo entero y predicad el evangelio”, hace llegar ese evangelio, esa Buena Nueva de Jesús al corazón de cada uno de nosotros a través de su palabra que llego a nosotros a través de los sacerdotes, de la catequesis, de la educación y el testimonio de la vida de nuestros padres y de tantos y tantos medios como el Señor pone en nuestro camino para que descubramos que merece la pena ser sus seguidores.
         A medida que vamos descubriendo el seguimiento de Jesús como algo que llena nuestra vida y la plenifica totalmente, en esa misma medida empieza a resonar en nuestro corazón como dirigido a cada uno de nosotros como algo que tenemos que vivir y hacer nuestro el envío del Señor:” Como el padre me ha enviado, así os envío yo, recibid el Espíritu Santo…”(Jn 20,21-22).
El Papa Benedicto XVI en la proclamación del “Año de la fe decía que la fe era un gran tesoro y un  gran regalo de Dios, pero que no nos lo daba para que nos aprovecháramos personalmente, sino para que fuéramos capaces de transmitirlo a los demás.
Cuando uno va descubriendo a Jesús, lo va amando y haciéndose su discípulo por medio de distintos medios y personas que el Señor ha puesto en nuestro camino para que esto fuera así, entonces, vamos descubriendo que nuestro seguimiento además de hacerlo personalmente, tenemos que comunicar nuestra experiencia, hacer partícipes y “llevar su mensaje salvador al corazón del mundo”, que decía San Juan Pablo II.
         En esto consiste nuestra vocación específica, en saber desde donde podemos vivir mejor la Buena nueva de Jesús y desde donde podemos servir mejor a los demás dando a conocer y ayudando a los demás a que lo amen.
         La Vocación misionera es la vocación más en radicalidad porque ofrecéis  a entregáis vuestra vida por el anuncio del Evangelio, dejando casa, hermanos, familia, tierra de nuestras raíces e ir allí donde el misionero cree que es mas necesario para que el Evangelio de Cristo y su persona sea anunciado.
          Por eso decía al principio que pocas  frases explican mejor la identidad del misionero que esta frase: “nacidos de la misión para la misión” porque todos los que nos sentimos misioneros y portadores del mensaje de Cristo al mundo nacimos de la misión que Cristo dio a la Iglesia y de todos cuantos nos enseñaron a conocerlo y amarlo y ser sus seguidores, y somos destinados a vivir nuestra vida desde la misión y para la misión.
         Queridos misioneros: sabéis de siempre lo mucho que admiro vuestra vida, vuestra entrega, disponibilidad y generosidad, porque vosotros estáis haciendo realidad  con vuestra entrega que habéis nacido desde la misión y para la misión.
         Para que esto se haga realidad por vosotros y vuestra vida entregada, no os ha importado dejarlo todo: familia, amigos, raíces, diócesis y vuestra única aspiración es que realmente se cumpla la voluntad del Señor, que quien nació de la misión, se entregue por entero a la misión.
         Gracias por vuestro testimonio. Vuestra vida nos anima a ser también, con todas las consecuencias, testigos de Jesús, misioneros en la porción del mundo que el Señor nos ha encomendado a cada uno. Sois un estímulo a nuestra entrega a la evangelización misionera entre los nuestros, donde hoy no es nada fácil ser de verdad misioneros y evangelizadores en nuestra Europa y en nuestra España “cristiana”, en las que Dios ha dejado de ser valorado y ha sido sustituido por el dinero y  los corazones se han endurecido con el materialismo y el hedonismo en el que nuestros contemporáneos nos movemos.
         Pido a Dios por vosotros para que aliente vuestras vidas y mantenga vivo el ardor evangelizador y misioneros. Vosotros pedid por nosotros para que sepamos llegar al hombre de hoy, ofrecer a Jesucristo, como el único que puede llenar plenamente nuestra vida y dar sentido a todas nuestras aspiraciones.
Un fuerte abrazo para todos vosotros.
                                    +Gerardo Melgar Viciosa
  Obispo de Ciudad Real