Eloisa Muela. Misionera laica en Honduras.
Jesús siempre está en "camino".
En
general cuando comenzamos un camino es porque perseguimos una meta. Hay un
principio, un recorrido y un final. El camino que Jesús nos invita a descubrir
nos lleva a seguirlo toda la vida y además implica que durante el recorrido
tenemos la oportunidad de ir construyendo y viviendo la meta, que es el Reino
de Dios que comienza en la tierra.
A lo largo del camino vamos aprendiendo a
mirar, a escuchar y a compartir con los demás esta experiencia. Nadie es tan
pobre que no pueda dar nada.
Cuando una persona comprueba que
puede hacer algo por los demás y sale de su zona de confort para servir, entonces inicia el camino. Y cuanto más va ayudando a los demás, más va avanzando y más se va construyendo. Decía Santa Teresa de Calcuta que ‘quién no vive para servir, no sirve para vivir’
puede hacer algo por los demás y sale de su zona de confort para servir, entonces inicia el camino. Y cuanto más va ayudando a los demás, más va avanzando y más se va construyendo. Decía Santa Teresa de Calcuta que ‘quién no vive para servir, no sirve para vivir’
Hilda es profesora de la Escuela de ACOES
Santa Teresa de Jesús, ubicada en la colonia Nueva Capital, una de las más
vulnerables y empobrecidas de la periferia de Tegucigalpa (Honduras). Hilda
vive cerca de la Escuela. Cada año, antes de comenzar el curso escolar, junto
al resto de profesores/as, salen de sus casas, dejan a sus familias en días de
vacaciones y se organizan para visitar
las casas de las familias más empobrecidas de la colonia. Buscan a los niños/as
con mayores dificultades familiares, económicas, de aprendizaje; si tienen una
diversidad funcional, están en riesgo o
con desnutrición o si viven en una infravivienda. En estos casos se invita a los niños/as a venir a la escuela
para aprender, comer, jugar y aprender a compartir y a amar. Al ir construyendo
tu camino puedes ir mirando de otra forma, invitando a los demás a participar,
a caminar juntos, a transformar el entorno mientras vamos andando. ¡Qué
importante es hacer el camino acompañados!
En este gesto de ‘principio de curso’, son
muchos los niños/as, muchas familias las que encuentran ese ‘principio del
camino’.
A su
vez, los niños/as que ya están en la escuela, invitan a los profesores/as a
visitar nuevas casas de familias que ellos/as ven que están en condiciones muy
difíciles y vulnerables. Por ejemplo Alex de 12 años, además de apoyar con el
reforzamiento de matemáticas a los niños/as más pequeños, ha ayudado a varios
vecinos suyos a formar parte de la escuela. De este modo, unos niños/as van
acercando a otros a la escuela y van haciendo su camino a la vez que ayudan a
que otros lo hagan.
Cinthya tiene 19 años. Estudió en la
Escuela Nocturna Santa Teresa de Jesús porque durante el día tenía que trabajar
para ayudar a su madre y a sus hermanas pequeñas. Canasteaba verdura; es decir,
que vendía verdura que compraba en el mercado en el centro y la llevaba en una
canasta por las calles de la colonia para quién quisiese comprar.
En el proyecto descubrió que tiene
capacidad para estudiar y para ayudar. Está cursando 2º de Ingeniería en la
Universidad por la tarde y por la mañana colabora en la escuela en la que
estudió. Ayuda a los niños/as con
discapacidad y dificultades en el aprendizaje que asisten al Espacio
Psicopedagógico. Además, junto a un equipo de gestión, apoyan para que se
organicen 87 jóvenes estudiantes universitarios, antiguos alumnos/as de la
escuela y jóvenes de zonas rurales que viven en las residencias para
estudiantes (casas Populorum) que hay en las escuelas de ACOES en Tegucigalpa.
Estos jóvenes se organizan para ayudar a los demás media jornada y estudiar la
otra mitad del día. Cuando llegan contenedores de ayuda humanitaria, colabora
repartiéndola entre los que más lo necesitan, viendo que muchas de las cosas
que reparte y comparte también las necesitaría su familia. Ella sabe dónde está
la mayor riqueza.
Cuando crees (o te hacen creer) que eres
pobre y que como no tienes dinero no puedes ayudar a los demás, que no puedes
hacer nada por cambiar las cosas, cometes el gran error de centrar la principal
causa de la pobreza en no tener dinero, en poseer bienes, en todo lo que tiene
un valor material o social. Pero si compruebas que la riqueza no es tener
bienes o prestigio, si no que es tener amor y dones que compartir con los
demás, que tú eres valioso/a, que siempre puedes ayudar a otros y sobre todo
que Dios te conoce muy bien y te quiere tal y como eres; entonces, surge el cambio. El
cambio que da comienzo al ‘camino’, ese bautismo en el mensaje de Jesús que nos
hace salir de nosotros mismos y empezar a caminar, acompañando a muchas otras
personas a las que podemos ayudar y hacer que empiecen también a transformarse.
El Reino de Dios comienza en la tierra y construyendo
nuestro propio camino ya vamos avanzando la meta. No hay que llegar al final
para comenzar a ‘ganar’. Esa posibilidad ya está a nuestro alrededor, en los
demás, aquí y ahora. Sólo tenemos que estar atentos para descubrirlo y vivirlo.
Compartir esta tarea invita a vivir.
‘Se hace camino al andar’