Sor Consuelo Fernandez Hijicos, Mercedaria de la Caridad en Filipinas.
La Iglesia recibe el mandato de Cristo para prolongar
su misión: “Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bauticenlos
en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” Mt. 28, 19
La Iglesia es toda ella misionera y la obra de la
evangelización nos compete a todos los bautizados de ahí que el lema de este
año “BAUTIZADOS Y ENVIADOS” despierta en cada bautizado la
urgencia de la evangelización a todos los pueblos.
Durante muchos años me he sentido enviada a colaborar en la Misión Ad Gentes
para anunciar a Jesucristo Redentor de la humanidad en varios países de América
Latina y ahora hace siete años vivo en Filipinas donde en comunión con mi
comunidad realizamos nuestra misión en Camarín Caloocan City, en la periferia
de Manila Capital de Filipinas. Las personas son muy religiosas, hospitalarias
y sencillas.
La mayoría de sus habitantes son de bajos recursos y
muchos viven en la extrema pobreza, las familias son muy numerosas, para
obtener lo necesario tienen que emigrar a otros países arriesgando su vida, su
dignidad y la estabilidad familiar, sumándose
a una realidad que no siempre encuentran cubrir lo necesario para vivir.
Nuestro trabajo consiste en apoyar la pastoral
parroquial en todas sus áreas, específicamente en la evangelización. En el
campo de la salud hay grandes necesidades, la mayoría no tienen acceso a las
posibilidades médicas, muchos de ellos por desnutrición y falta de atención
sanitaria y las inclemencias del tiempo, muy marcadas por el clima tropical, padecen
enfermedades tales como tuberculosis, neumonías, dermatitis, alergias,
problemas dentales… En colaboración de un pequeño grupo de Doctores y
voluntarios apoyamos un programa de salud en un pequeño dispensario que nos
permite remediar, en la medida de nuestros alcances algunas situaciones físicas
y económicas.
Nos sentimos impactadas por el sufrimiento de este
pueblo que lucha por salir adelante a pesar de las pocas posibilidades que la
realidad socio-política le brinda.
Nos sabemos
en comunión con nuestra Iglesia que al rededor del mundo ora, lucha y da la
vida por nuestros hermanos más necesitados a través de miles de misioneros que nos dan testimonio y nos
muestran que es posible apostar por un mundo más justo y solidario.