Una veintena
de miembros de seis familias, procedentes de Campo de Criptana, Ciudad Real,
Villarrubia de los Ojos, Almadén y Puertollano, nos reunimos en el Seminario de
Ciudad Real, el pasado sábado 15 de junio, acompañados por los Grupos de
Animación Misionera, para celebrar un entrañable Encuentro, con motivo del Día
del Misionero Diocesano.
Comenzamos la
mañana con una oración, a la que siguió la presentación de los participantes:
Se trataba de compartir nuestras vivencias desde la experiencia de tener en la
familia un sacerdote, religioso/a o seglar misionero. Fue un diálogo muy
bonito, que tuvo su “guinda” con el testimonio de Pablo Muñoz , religioso
misionero en Filipinas, que se encuentra ahora de vacaciones entre nosotros, y
de Emiliano Hondarza, que nos habló de su hermano Vicente, misionero diocesano
de Ciudad Real, asesinado en Perú hace justo 30 años, y que inspira esta fecha
del Día del Misionero Diocesano.
El mismo
Emiliano nos presidió a continuación la eucaristía en la capilla del Seminario,
acompañados por los jóvenes seminaristas de bachillerato.
Y de la misa a
la mesa, compartimos los sabrosos platos preparados por las madres, hermanos,
cuñadas… de nuestros misioneros, al tiempo que teníamos ocasión de compartir
ahora de manera informal nuestras noticias y experiencias.
Para la
sobremesa teníamos una sorpresa: Cinco misioneros estaban esperándonos en
distintas partes del mundo: Mozambique, Perú, República Dominicana, para
conectar con nosotros por videoconferencia, charlar con sus familiares, y
contarnos algo de su vida y de sus misiones.
Regresamos
todos a casa, con nuestros misioneros más aún en el corazón, y con el
compromiso de seguir apoyándoles en esa tarea que Jesús nos encomendó a todos
sus discípulos, de anunciar el Evangelio, que ellos están realizando por todo
el mundo.