El golpe fuerte del covid lo tuvimos aquí en Santa Maria de los Cayapas en abril y mayo. Prácticamente toda la comunidad se infectó ya que la forma de vida es muy comunitaria; las mismas casas solo tienen dos habitaciones y a veces solo una donde tienen que convivir hasta quince personas. Empezaron a llegar familias enteras de las ciudades que por la falta de trabajo por las medidas de aislamiento se quedaban sin comer y como sea, aquí hay al menos un plátano o alguna fruta para llenar el estómago tenemos. Hubo mucho miedo en un primer momento. Sabíamos que si llegaba con fuerza la enfermedad las condiciones de atención sanitaria aquí no nos permitirían sobrevivir. Nuestro temor se hizo realidad: el virus llego y familias enteras se contagiaron. Lo que nos ayudó a todos fueron los remedios naturales: plantas medicinales del medio y vaporizaciones con eucaliptos y otras plantas, además de la naturaleza, pues estamos en un medio con poca contaminación al ser selva, todo esto ayudó a los infectados a superar los síntomas. Solo hubo un fallecido.
Hna. Maria José Carrero Viñas.Santa Maria de los Cayapas.Ecuador
Al día de hoy, la vida aquí en el rio es prácticamente normal. No encuentro
que la gente tenga miedo. Esto se debe a que estamos aislados de grandes núcleos
urbanos y en el campo y que las personas pobres viven al día la vida.
La Iglesia en Santa María ha vivido como parte de la población la pandemia.
Ha sido el gobierno local que ha atendido con alimentos y mascarillas y en la
salud primaria a la población. De mi parte, al estar encargada del colegio del
pueblo con los profesores hemos hecho todo lo posible para estar cercanos a los
estudiantes con las medidas de seguridad pertinentes. Aquí todavía la educación
es virtual y la realidad es que la población en un 90 % no tiene acceso al
internet. La pregunta fue, ¿Qué hacer
para que los niños y jóvenes no quedaran fuera del proceso educativo?. Las
fotocopias del material educativo que nos enviaba el ministerio de educación,
las salidas a los pueblecitos para entregar, supervisar, acompañar a los
estudiantes, alguna reunión con los padres de familia y estudiantes en la
institución ha sido nuestra manera de apoyar a las familias en la educación de
los niños y jóvenes. Si no hubiéramos salido a su encuentro se hubieran
quedado sin la información que llegaba para ellos.
Las hermanas Combonianas seguimos rezando por el fin de esta pandemia que
esperamos nos siga haciendo reflexionar y entender lo que verdaderamente hace
progresar a toda la sociedad.